Autor Marco Antonio Sanabria
El cine, en un principio subestimó el peligro que representaría la TV; la radio en los años veintes y treintas no afectó el crecimiento de la Industria Cinematográfica en ese tiempo, lo que hizo que los ejecutivos de los estudios no se alarmaran con el surgimiento de la TV.
Cuando después de un tiempo, se hizo evidente que la TV había tomado parte de los consumidores de películas en el cine, los productores y exhibidores se ilusionaron con la idea de que la pérdida iba a ser temporal y que al pasar la novedad de la TV, todo volvería a ser como antes.
Ellos, subestimaron la capacidad y el poder de la TV para crear programas atractivos y entretenidos que capturaran la atención del público.
Entre 1946 y 1949, las ganancias de 10 de los estudios más importantes bajaron de $122 millones a $30 millones. Lo cual hizo que la mayoría abandonara sus antiguos métodos de producción para reducir los costos. e.g. en 1946 los grandes estudios tenían contratados a 598 actores, pero en 1957, solamente eran 196 y lo mismo sucedió con otras categorías del personal.
Otra forma de competir contra la TV, fue por medio de las grandes producciones, como el caso de películas como The ten commandments o Around the world in eighty days (1956). Esto hizo que el número de películas disminuyera, e.g. en el período de 1927 a 1947, se produjeron 488 películas por año, mientras que en 1954 sólo fueron 253.
Otra forma de reacción fue por medio de las nuevas tecnologías, se usó el Cinemascope, el Cinerama, rodajes en tercera dimensión, se filmaron más películas en color. Para 1957 se habían instalado lentes Cinemascope en 17.644 salas de cine en los EE.UU. y Canadá. Para rivalizar con el CinemaScope, de la 20th Century-Fox, la Paramount lanzó el proceso Vistavisión[1], el cual ampliaba la imagen también.
La Metro Goldwyn Mayer introdujo el sistema Todd-A.O.[2] en 1956, con la película Oklahoma (1955); aquí se utilizaba película de 65 mm. de ancho para captar una gran imagen y era un sistema compatible con el resto y que permitía, además, que la película pudiese llevar hasta 7 canales de sonido.
Para mejorar sus ingresos, los principales estudios de Hollywood decidieron entrar en 1955, en el campo de la producción de programas para la TV. Uno de los principales objetivos era poder hacer publicidad a las películas y atraer al público de nuevo a las salas de cine, pero este objetivo no se cumplió.
Otra reacción frontal de Hollywood fue la de no venderle sus películas viejas a las estaciones de TV para que fueran transmitidas.
Esa posición, la mantuvo Hollywood desde 1947 hasta 1954, cuando finalmente la RKO (Radio-Keith-Orpheum) rompió dicho acuerdo y vendió los derechos de 750 largometrajes, en un paquete con un precio estimado en $600.000,00.
Otras compañías siguieron a la RKO, más tarde, aunque con condiciones diferentes. Esta última reacción fue la aceptación de una derrota, la TV había ganado la batalla al cine; aunque más bien, como se verá en una sección más adelante, esto no fue una derrota, fue el inicio oficial de una simbiosis, un desarrollo armónico entre el cine y la TV.[3]
No fue sino hasta unos 20 años después que el cine recuperó terreno ante la TV con la producción de películas como Jaws y Star wars.
[1]Vistavisión: Sistema de rodaje para pantalla panorámica, patentado por la Paramount en 1954. Emplea película común de 35 mm. y una cámara especial que filma horizontalmente fotogramas de 8 perforaciones y 25,50 mm. de altura, por lo que el negativo tiene doble anchura.
[2]Todd-A.O.: Sistema de rodaje y proyección desarrollado, en 1955, por Brian O'Brien para Michael Todd-American Optical Corporation. Con una sola cámara tomavistas permite impresionar imágenes sobre película negativa de 65 mm. y 5 perforaciones por medio de tres objetivos especiales de gran angulación que cubren los ángulos 37°, 48°, 64° y 128° en la pantalla. En la actualidad el sistema original ha caído en desuso.
[3]Stuart, Frederic. “The effects of television on the motion picture industry, 1948-1960”. The American movie industry. Ed. Gorham Kindem, Carbondale, Illinois, Southern Illinois University Press. 1982. pp. 257-307
lunes, 28 de junio de 2010
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