jueves, 1 de julio de 2010

La evolución de la Industria Cinematográfica para los años ochentas y las super producciones

Autor Marco Antonio Sanabria
Publicado el 9 de mayo de 1995



Es importante tener en cuenta el siguiente hecho: en Costa Rica, se dice que los vídeos legales e ilegales afectan al cine, lo mismo que el cable, la TV local, el vídeo láser, etc. Pero entonces ¿por qué se han abierto más salas de cine, como las del Colonial 1 y 2, y las futuras 4 salas que se abrirán en el Mall San Pedro?, cualquier persona podría afirmar que si hay más salas, es porque hay más demanda, pero Thomas Guback, escribió en 1987, algo muy importante en un artículo de la revista Journal of communication:
“El número de pantallas de cine se está expandiendo no porque su audiencia esté aumentando en números absolutos sino porque “las compañías productoras-distribuidoras propiamente han alterado las maneras en que la demanda de la audiencia está constituida, expresada, y satisfecha.””[1]
El lector puede ahora pensar que esa afirmación esta desactualizada, se debe recordar, que en el país suceden los fenómenos que han ocurrido en países industrializados como los EE.UU. casi una década después de que sucedieron en su país de origen. Una prueba clara es e.g. el libro escrito por John Naisbitt[2], Megatendencias (Megatrends, 1984), en el que trataron diez nuevos rumbos para lo años ochentas, cosas que en los EE.UU. y otros países industrializados y desarrollados ya estaban ocurriendo y que hasta esta década, más de 10 años después, se empiezan a reflejar y en cierta manera a dar en Costa Rica. e.g. la apertura económica, la descentralización de las instituciones, etc.
Cambiando ahora, a lo que fue la oferta y la demanda, en un principio existió el kinetoscopio[3], que permitía a una sola persona ver una película. El monto de ingresos para el propietario dependía de cuantas máquinas tuviera para ofrecer al público.
Bajo ese contexto, cuando se introdujo el proyector, todo fue un cambio total y arrasador. Desde un punto de vista económico, el propietario podría aumentar y multiplicar sus ganancias con una sola proyección; ya que cientos de personas pagaban para una sola presentación. Esto lleva a la conclusión lógica de que una vez que apareció el proyector, el kinetoscopio salió del mercado en un tiempo corto y apresurado.
Los otros medios para ver películas (diferentes a las salas de cine) compiten con el cine, y a la vez afectan como los distribuidores lanzan sus películas y la velocidad en que los productores e inversionistas recuperan su capital.
En 1984, se rompió un récord que no se superaba desde hacía dos décadas, ese año, se vendieron en los EE.UU. 23 millones de entradas en las salas de cine por semana, en promedio. En los años setentas, se medía con sumo interés la edad de lo espectadores, así e.g. se dice en el artículo de Guback, que en 1972, un 59% de las entradas fueron compradas por espectadores entre los 12 y los 24 años mientras que en 1985, el porcentaje de espectadores de esas edades que compró entrada fue de 53%. Un dato importante sobre esos porcentajes es que ese rango de edades constituía un 30% de la población de los EE.UU. en 1972 y un 27% en 1985.
Jowett y Linton (1989, p. 89) mencionan los resultados de varias investigaciónes hecha por la MPAA, y afirman que de 1979 a 1987, el porcentaje del total de las audiencias de cine mayores a los 30 años de edad, aumentaron de un 24% a un 38% y presentan un cuadro que resume en números el porcentaje del total de admisiones por año en rangos de edades. Dicho cuadro se presenta en el Anexo Nº 2.
En realidad, es muy posible que existan libros con resultados de investigaciones para cada década en los EE.UU., que marquen al compararlos, las diferencias y cambios en los hábitos de los consumidores de películas. Por desgracia, en nuestro país, nunca se ha hecho esto, ni por iniciativa de los investigadores y expertos, ni por los interesados en el negocio.
Sin embargo, es necesario aclarar que el tema es sumamente amplio, muy extenso y podrían hacerse análisis por décadas, por años, por aparición de nuevos medios o tecnologías, etc. Son muchos los factores que intervienen, y muchas las posibles combinaciones de comparación.
Para antes de 1948 la Industria Cinematográfica era dominada por las cinco mayores compañías, que eran Paramount, Twentieth (20th) Century-Fox, Warner Brothers, RKO y MGM y tres pequeñas compañías que eran Columbia, Universal y United Artists. La clave de su control y dominio estaba en el control de la distribución.
Como distribuidores, ellos lanzaban el 95% de las películas y obtenían el 95% de los beneficios de la renta de las mismas. Este control, afectó a las empresas independientes (productoras y exhibidoras). La decisión judicial contra la Paramount en 1948 (proceso antimonopolio que duró años en ser resuelto) y la desconfianza separó la propiedad de las salas de cine de los productores y distribuidores en los EE.UU., y a la vez prohibió la mayoría de las prácticas que llevaban a cabo las cinco empresas grandes de la Industria Cinematográfica, que las mantenía en esa posición. Esta desconfianza, sumada a la competencia de la TV, bajaron los niveles de asistencia a las salas cinematográficas, y también produjeron cambios importantes en esta industria, muchos de los cuales aún no se definen.
La primera gran empresa estadounidense en retirarse de la distribución fue la MGM, le asignó dicha labor a la United Artists por diez años, y la distribución al extranjero, se la asignó a la empresa Cinema International.
La producción independiente se expandió, más que nada porque muchos directores y actores formaron sus propias compañías de producción, e.g. el caso de Steven Spielberg (director, productor, etc.), Jeffrey Katzenberg (ejecutivo y gran responsable del auge de la Walt Disney Company) y David Geffen (productor, músico y fundador de la Geffen Records) que se han unido para fundar su propio estudio de multimedia; la famosa actriz Jodie Foster, tiene una productora llamada Egg Pictures y que acaba de producir la película Nell (1994); el caso de Robert Redford (actor, productor y director), que acaba de lanzar en enero de 1995 un canal independiente de TV por cable llamado Sundance Film Channel[4], el que programará, entre otros, películas experimentales, de bajos presupuestos, etc. Así hay muchos casos más de actores, directores y otros que se han lanzado con compañías propias.
La razón de estos lanzamientos individuales, entre otras, es el ahorro de impuestos, y sobre todo las ganancias, que son mucho mayores al ser un negocio propio.
Entre las super producciones más viejas y todavía recordadas, se encuentran Cleopatra, Tora! Tora! Tora!, Hello, Dolly, The ten commandments, Ben Hur, etc. Pero luego, para los años sesentas los costos hicieron que estas super producciones disminuyeran de gran manera, al punto que se comentó en los medios sobre la posible desaparición. Pero de una forma rápida y repentina, todo cambió en los años 70, cuando se filmaron películas como The Godfather, The Poseidon adventure, las que vinieron a poner otra vez en alto la reputación de este tipo de producciones. En 1975, según Joseph D. Phillips (1975, p. 175), se creía que el ir a las salas de cine ya no era un hábito, y más bien se trataba de un evento. Por lo que las nociones e ideas de que el futuro iba a regirse en las salas por películas espectaculares, pareció tener buena acogida.
Earl Gottschalk dijo en 1974 que se debían dar películas de tipo evento especial porque la gente ya no iba más al cine como un ejercicio rutinario (“We feel we must put out special event films because no one goes to the movies anymore as a routine exercise”[5]).
Hay por supuesto algunas películas que son sólo para cierto tipo de espectadores. Se dice que los consumidores de películas hoy están segmentados, con la excepción de las películas taquilleras que atraen a todo tipo de consumidores de películas como e.g. Jurassic Park, The Lion King, o Aladdin. Algunas películas tienen más éxito que otras, si se toma en cuenta sobre todo, el segmento que puede estar interesado en ellas.
Los productores han tratado durante los años de encontrar fórmulas para producir películas que lleven de seguro a un éxito. Para los años setentas, como las investigaciones habían indicado que los jóvenes eran quienes compraban más entradas (iban más al cine), entonces se pensó en tipos de películas dirigidas al segmento de los jóvenes. Películas que se desarrollaron en la playa fueron el resultado de las decisiones de lo productores en los años sesentas, y dos películas que reflejaron el segmento de jóvenes de finales de los años sesentas y principios de los setentas fueron The Graduate (1968) y American Graffiti (1973). Películas para otros segmentos fueron la de la Walt Disney, películas del Oeste (Westerns), de sexo, etc.
El mercado extranjero es muy importante para la Industria Cinematográfica de los EE.UU. Luego de la Primera Guerra Mundial, la producción de cine en Europa disminuyó. Para 1918, la mayoría de la películas que se podían ver en el mundo, eran hechas en Hollywood; para los años veintes, representaban las tres cuartas partes de las películas exhibidas.
Para 1952 las rentas de películas en el extranjero representaban un 42% del total de ingresos en los EE.UU. J. Phillips, afirmó que para 1975 no había evidencia de que las compañías cinematográficas extranjeras tuvieran una parte significativa en la producción, financiación o distribución de películas en los EE.UU. Sin embargo muchos productores, directores (Hitchcock), escritores, actores (Richard Burton o Rex Harrison) y otros extranjeros, habían sido contratados por Hollywood (como empleados) para que trabajaran para ellos.
Sin duda, son las películas estadounidenses las que más y mejor se distribuyen en el mundo; las organizaciones distribuidoras establecidas por las grandes compañías para que se encarguen del mercadeo a través del mundo son las más extensas y efectivas. Los productores de otros países, usualmente tienen que acudir a alguna de estas organizaciones de distribución para poder llegar al máximo número de espectadores. Estadounidenses son propietarios de subsidiarias de distribución para películas de dicha nacionalidad en el extranjero y para productores extranjeros también. Compañías de EE.UU. también tienen subsidiarias en países que producen o financian producciones para otros; esas subsidiarias (a veces inclusive exhibidores) son británicas, francesas, italianas o del país donde esté.
Todo lo anterior parece indicar claramente que esta concentración y centralización de poder seguirá por muchas décadas más. Al César lo que es del César: Hollywood sigue siendo la capital mundial del cine.
[1]Guback, Thomas H. “The Evolution of the motion picture theater business in the 1980s.” Journal of communication. 37 (2): 60-77 Spring, 1987. p. 60.
[2]John Naisbitt y Patricia Aburdene son los más distinguidos pronosticadores mundiales de tendencias. Su primer libro fue Megatendencias (por Naisbitt) y hoy es posible adquirir el tercero de sus libros Mega tendencias 2000, el primero sobre el futuro desde Megatendencias.
[3]Kinetoscopio: Aparato inmediatamente precursor del cinematógrafo, inventado, en 1890, por el norteamericano Thomas Alva Edison (1847-1931). Consistía en una caja óptica en la que por dos aberturas (oculares) se podía observar individualmente (previa introducción de una moneda) una serie de cintas que pasaban en su interior.
[4]EFE, Nueva York. “Redford estrena canal”. La Nación. (San José, Costa Rica), 22 de enero de 1995, Sección Viva. p. 18.
[5]Gottschalk, Earl C., Jr. “The spectaculars.” Wall Street Journal. August 10, 1974. p. 1.

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