La recuperación de películas antiguas

Autor Daniel Marranghello
Publicado originalmente en La Prensa Libre

En diversos países, las cinematecas y archivos cinematográficos han emprendido campañas para recuperar películas antiguas, cintas filmadas hace varias décadas, que se encontraban en manos de familias, olvidadas en un rincón.
Desde la década de 1920, en Costa Rica se vendían cámaras de cine para aficionados, del formato 9.5 mm. ¿cuántas cámaras se vendieron en las décadas de 1920 y 1930? ¿cuántas películas fueron filmadas en aquella época por cineastas aficionados? Los temas de estas películas probablemente incluyeron: paseos a fincas, desfiles escolares y colegiales, celebraciones familiares, ceremonias religiosas, festejos populares, escenas deportivas, manifestaciones políticas, visitas de personajes importantes, inauguraciones de empresas comerciales e industriales, etc.
Esas películas viejas filmadas por camarógrafos aficionados, constituyen un registro histórico importante, describen ambientes, lugares y actividades de épocas pasadas y por eso las autoridades cinematográficas oficiales deberían tratar de recuperar esas cintas.
Las películas antiguas cuando no se conservan adecuadamente, se van deteriorando y cuando alguien, tras muchos años, descubre una vieja lata, al abrirla puede que encuaentre una masa de celuloide inservible.
La humedad, el calor, los hongos y las reacciones químicas de la emulsión de la cinta cinematográfica producen daños y hasta la destrucción total de las imágenes. Los archivos cinematográficos recuperan esas viejas latas de películas y las restauran, de modo que las imágenes puedan volverse a ver.
Hay gente que no aprecia esas viejas películas y algunas veces las botan. Un coleccionista nacional me contó que adquirió una cinta filmada en Roma, durante la visita del Arzobispo Sanabria, y esa cinta, quien se la vendió, la había encontrado tirada en la línea del tren.
Es necesario que se promulgue una Ley del Patrimonio Cinematográfico y Audiovisual, en la cual se otorguen fondos para que el Ministerio de Cultura pueda recuperar esas viejas películas que están olvidadas. A los propietarios se les estimularía con una suma de dinero y con la entrega de una copia de la cinta que entreguen a las autoridades.