Autor Daniel Marranghello
Publicado originalmente en La Prensa Libre
Todos los países conservan y difunden su patrimonio cltural, ya se trate de pintura, literatura, música, arquitectura o tesoros arqueológicos. El cine, las películas creadas en el país, son también parte del patrimonio cultural de una nación.
Costa Rica tiene un patrimonio fílmico nacional; lo constituyen las películas filmadas a lo largo de las décadas, desde 1913, por camarógrafos como Armando Céspedes Marín, Manuel Gómez Miralles, Walter Bolandi, Alvaro Chavarría y otros más. Sin embargo, a veces este patrimonio cinematográfico ha sido olvidado, r elegado o manipulado con fines comerciales; ya en 1988, los costarricenses pudieron ver un anuncio comercial, de un banco privado, en el cual aparecían imágenes en color sepia, de gran valor histórico, sobre la Costa Rica de las primeras décadas del siglo XX.
Se trata de imágenes filmadas por el pionero Armando Céspedes Marín; una compañía publicitaria, que trabaja en la campaña de un banco privado, decidió comprar esas viejas películas, en nitrato, enviarlas a México, para restaurarlas y pasarlas a material de seguridad, con el fin de usarlas en un anuncio, cuyo lema era: "Estamos orgullosos de nuestro pasado".
Esas imágenes habían desaparecido, durante décadas habían estado ocultas y de pronto aparecen, en las pantallas de los televisores, como parte de un anuncio. Lo positivo fue que esas imágenes se rescataron a tiempo, antes de que se hubieran deteriorado por completo en algún rincón de alguna casa. Lo negativo fue que se convirtieron en un mero instrumento publicitario, desvinculadas de la historia del país, mostradas como meras curiosidades de una época lejana.
Lo correcto es darles la dignidad que se merecen como testimonios visuales de enorme valor sobre la Costa Rica del pasado; son la memoria visual del país.
Lo que procede es montarlas, musicalizarlas, incluir una banda sonora con una narración adecuada, que describa la época, el contexto histórico en el cual esas imágenes fueron filmadas.
Estableces las fechas en que se filmaron esas imágenes, qué lugares y personas aparecen y cuando fueron exhibidas por primera vez en el país.
Es decir, se trata de hacer un trabajo serio, riguroso y preciso sobre la historia cinematográfica nacional.
Como he señalado en otras ocasiones, es necesario crear la Ley de Patrimonio Cinematográfico Nacional para recoger, restaurar y difundir mediante el video para todos los costarricenses.
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